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santander/guanenta
Miércoles 25 de mayo de 2022 - 12:00 PM

Cafeteros guanentinos afinan estrategias contra la broca

La meta es mantenerse en las 24.000 cargas de café en la cosecha de 2.600 hectáreas, que se inicia entre agosto y septiembre, una cifra que solo se puede lograr si los cultivos se mantienen sanos. Preocupa el alto costo de los fertilizantes.

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Cortesía / VANGUARDIA
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Se acerca nuevamente la época de la cosecha cafetera y los productores trabajan sin descanso para tener los cafetales en buenas condiciones y libres de enfermedades que puedan poner en riesgo la producción que inicia normalmente entre agosto y septiembre.

Mayo y junio son meses claves, dijo Julio César Díaz Salamanca, coordinador de Extensión Rural del Comité de Cafeteros de Santander en la provincia Guanentá. Las lluvias empiezan a mermar y el riesgo de la broca aumenta con el verano, por lo que los controles en estos días deben ser constantes y muy minuciosos.

Aunque desde hace varios años los productores y la agremiación cafetera han consolidado una estrategia efectiva para garantizar el estado fitosanitario de los cultivos,siempre aparecen trazas nuevas que obligan a mantener y ser mas efectivos en los controles.

Este año, a causa de la situación económica del país y la inflación galopante, el reto es mayor. Díaz explicó que desafortunadamente los fertlizantes siguen subiendo de precio y a muchos cafeteros les ha tocado reducir el uso de agroquímicos.

En enero de 2021 un bulto de fertilizante de 50 kilos costaba alrededor de $100.000, a finales del mismo año se ubicaba en $190.000 aproximadamente y en mayo de 2022 ya está en cerca de $230.000.

Teniendo en cuenta estos datos, el profesional recordó a los productores que los químicos deben ser la última opción en los cultivos y la recomendación es hacer esfuerzos para hacer controles de forma biológica.

Eso sí, desde el comité se entiende que en muchos casos es necesario la aplicación de estos productos y que los cafeteros no tienen la misma capacidad de compra en este momento justamente por el incremento en los costos de producción.

“Si un cafetero antes compraba 20 bultos ahora solo podrá comprar 15 bultos, por eso estamos promoviendo la integración de productos orgánicos (gallinazas), para completar la cantidad necesaria”, expresó Díaz.

Lo que sí está claro es que no se puede permitir que un brote de broca ponga en riesgo la producción, el ingreso de las familias y los índices de las cosechas.

En San Gil, por ejemplo, en donde el Comité de Cafeteros de Santander realizó esta semana el encuentro Día de Campo Cafetero, para hablar justamente de este y otros temas del sector con cerca de 150 familias productoras, la meta es mantenerse en las 24.000 cargas de café en la cosecha de 2.600 hectáreas, una cifra que solo se puede lograr si los cultivos se mantienen sanos.

En cualquiera de los casos, la expectativa de los productores para la próxima cosecha es que los precios se mantengan por encima de los $2 millones, como cerró el año pasado y como se mantiene en la actualidad.

Con los altos costos de producción una merma en el ingreso proyectado sería un golpe económico para las cuentas que hacen los caficultores.

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