La protesta impide el paso de los vehículos recolectores de basura a los rellenos sanitarios de la región, lo cual puede derivar en un problema ambiental en San Gil por la acumulación de desechos en las calles.
En el kilómetro 4 de la vía San Gil – Cabrera, habitantes de las zonas rurales iniciaron un paro indefinido, bloqueando nuevamente el carreteable entre los dos municipios.
El principal malestar de las comunidades está con lo que ellos han considerado una falta de disposición de la Gobernación de Santander para avanzar en los puntos acordados el pasado 28 de enero de este año, cuando se levantó una protesta que duró ocho días, para lograr la pavimentación de 9,6 kilómetros de carretera.
Carlos Bautista, vocero de los pobladores en el proceso, recordó que, en su momento en la mesa de negociación, las autoridades departamentales asumieron el compromiso de hacer la actualización de los estudios que ya tenían las alcaldías de San Gil y Cabrera para la reclamada pavimentación.
Ese proceso de contratación para ajustar los diseños y todo lo que fuese necesario debía hacerse según el cronograma inicial antes del 16 de marzo pasado, fecha que después fue pospuesta y tampoco se cumplió.
Bautista dijo que los recursos para ese procedimiento debían ser liberados por la Asamblea de Santander, proceso que se cumplió hace más de un mes, por lo que las demoras están siendo consideradas como falta de intención y dilación por parte del Gobierno departamental.
Según el vocero de las comunidades, en todo este tiempo les han dado excusas como que los proyectos no aparecían, que los estaban revisando y en la última comunicación hace pocos días que uno de esos proyectos no “servía para nada y otro estaba a medias”, cuando precisamente la idea era destinar los más de $300 millones liberados por la Asamblea para hacer los ajustes.
María Clemencia Viviescas, cabrerana que ha estado presente en todo el proceso, manifestó su indignación porque la pavimentación de esa vía es una petición que vienen haciendo décadas y cuyo incumplimiento constante ha generado el retraso para el desarrollo del municipio y de oportunidades para sus habitantes.
Viviescas, como otros que ayer acompañaban la manifestación, sienten que Cabrera es mirado sin ningún tipo de importancia por los gobiernos departamentales y solo le dan valor por la vía, porque por ahí tienen que pasar los vehículos que llevan las basuras a los rellenos sanitarios.
Para levantar la protesta las comunidades exigen que desde la Gobernación de Santander hagan presencia funcionarios con poder de decisión, que puedan garantizar el cumplimiento de los pactos adquiridos.
Bautista indicó que al final la pretensión social es que dentro del actual año fiscal se deje todo listo para la pavimentación de la vía, que se calcula va a costar más de $20.000 millones.
En la mañana de hoy se tiene programada una reunión citada por la Procuraduría General de la Nación, en donde intervendrán alcaldías, comunidades y otras entidades, para evaluar el avance la hoja de ruta y compromisos adquiridos en enero pasado.
