Dos sangileños le apuestan a un proyecto audiovisual que pretende ser la primera película hecha 100% en la capital de la provincia Guanentina.
Andrey Campos y John Camacho hablaron con Vanguardia sobre su nueva apuesta con la cual esperan impulsar a la región como un espacio de creación artística, con proyección mundial.
Los dos expertos son nacidos en San Gil. El primero de ellos, Campos, es el director y productor del proyecto. Además, fue el que escribió la obra completa. Es un apasionado por la fotografía, la pintura, la escultura tridimensional y los procesos creativos en 3D.
John Camacho es actor de profesión hace 20 años. Sus primeras interpretaciones las realizó en la Casa de la Cultura Luis Roncancio de San Gil; luego se mudó a Bogotá en donde estudió, se especializó y ya ha sido reconocido por su talento, así como en el ámbito pedagógico de la actuación.
“Presentamos ayer en San Gil, en el Centro Comercial El Puente, el ‘teaser’ del proyecto en donde contamos en 3 minutos la historia de Andrés Palacios, un periodista santandereano que emprenderá una investigación para desentrañar el misterio que rodea a un hombre sombrío y oculto en una cárcel. ‘El prisionero número siete’ será una película realizada y dirigida por talento de nuestra tierra, que destacará las habilidades y capacidad creativa de nuestra región. Es un aporte a San Gil, a nuestra cultura y una digna representación ante el gremio cinematográfico del país, desde este pequeño rincón”, señaló el director.
Explicó que su género, drama-fantasía, no toca temas regionalistas, pese a que es un producto hecho ciento por ciento en San Gil.
Considera que hay talento en la región, además de locaciones precisas para lograr buenos productos.
La muestra piloto fue realizada con sus propios recursos, con el fin de presentar la idea a la comunidad, además de buscar patrocinio en el trabajo final.
“Grabamos en una discoteca, en la Cárcel de San Gil y en la vivienda de Raúl Gómez Quintero, abogado y reconocido líder; aprovechamos la belleza arquitectónica, las calles y lugares emblemáticos de la ciudad. El resultado es muy interesante, pues se puede evidenciar el nivel y profesionalismo en temas de producción, además de una idea muy atractiva”.
La obra
La inspiración de este escritor llegó sin más que el gusto por narrar ideas que bailan en su cabeza.
Dijo que no está basada en nada particular que haya vivido, encontrado, contado o visto; por el contrario, fue algo que nació hace cuatro años y solo hasta el encuentro de estos dos guanentinos surgió el plan de hacerlo visible.
John Camacho, actor y productor, dijo a este medio que esperan patrocinadores que puedan sumarse al proyecto, con el fin de hacer de ‘El prisionero número siete’ la primera película sangileña en su totalidad.
“Si bien es cierto que San Gil y la región ha prestado sus espacios para la realización de nuevas apuestas televisivas, nunca ha sido para algo propio; siempre para canales nacionales e internacionales que vienen, hacen lo suyo y adiós. Es el momento de creer en lo nuestro y hacer cosas para nosotros mismos”, aseguró el actor.
Camacho dijo que cuando se mudó a Bogotá, lo hizo con la intención de volver a su tierra y hacer emprendimiento por medio de escenarios pedagógicos. Fue crítico al señalar que el teatro y los espacios artísticos van más allá del circo, los zancos y el lanzar fuego; que se han dejado a un lado narrativas interesantes que pueden atrapar tanto el talento de la provincia, así como a espectadores apasionados.
“Siento que San Gil es muy hermética y hay que empezar a arriesgarse proponiendo películas, documentales, cortometrajes, formando a gente talentosa. Ciro Guerra ha sido un gran mentor durante mi proceso de formación y es el ejemplo de que se puede, que no es fácil, pero no imposible. Nosotros mismos abrimos brechas; es en lo que estamos trabajando por componentes artísticos y culturales de la región”.