La ubicación de niños de segundo grado en la zona del antiguo restaurante escolar para recibir clases generó preocupación, quejas y amenazas con retirar a los niños de la escuela Rodolfo González, una de las sedes del Colegio Nacional San José de Guanentá en San Gil.
De acuerdo con la queja ciudadana que terminó en una carta con copia a la Secretaría de Educación de Santander, los menores de la jornada de la mañana fueron acomodados para su jornada en un espacio en el que además de útiles y elementos de cocina abarrotados, también hay dos pipetas de gas que llevan muchos años ahí sin usarse.
La decisión de los padres de familia fue dejar de llevar los niños a clase hasta que los cilindros sean retirados de la institución porque representan un peligro para todos, dijo Jorge Sanabria, uno de los voceros.
El traslado de los niños al antiguo comedor escolar se habría dado por cuenta de un daño en los pisos del salón en donde normalmente los menores reciben las clases.
Frente a esta queja, José Antonio Ballesteros, rector del colegio guanentino, indicó que la orden fue trasladar a los niños al salón de informática para recibir clases y no a la zona de la cocina, por lo que están investigando a que se debió ese cambio de última hora. “Esto solo sucedió con la jornada de la mañana porque en la jornada de la tarde los niños estaban en clase en la sala de informática”, preciso.
Por otro lado, el directivo indicó que la situación con los pisos del salón fue dada a conocer hace algunas semanas e inmediatamente iniciaron el proceso de revisión, solicitando el acompañamiento de la Secretaría de Control Urbano e Infraestructura de San Gil.
Determinado el daño y la necesidad de cambiar algunas cerámicas, Ballesteros aseguró que personal del colegio empezó a retirar las baldosas levantadas y haciendo eso se dieron cuenta que era necesario cambiar todo el piso, trabajos que terminarán esta semana.
Esperando otros trabajos
El antiguo restaurante escolar, en donde fueron ubicados algunos niños, es el mismo que durante años lleva inundándose en medio de cada aguacero, debido a los problemas de cañerías.
Las humedades y demás problemas en los sistemas de desagües se espera sean atendidos por la alcaldía de San Gil, destacó Ballesteros, recordando el compromiso de las autoridades locales.
La sede Rodolfo Hernández tiene un problema mayor y es que su restaurante, el mismo que se llena de agua, está clausurado desde hace cerca cinco años por no cumplir con las condiciones estructurales ni de implementos como cocinas industriales.
Entre algunas de las obras que se tendrían que hacer estarían la atención de las humedades y los problemas en las baterías sanitarias.