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Guanentá
Martes 11 de enero de 2022 - 12:00 PM

Variante de San Gil necesita un milagro

Varios son los factores que ponen un manto de duda sobre los resultados del proyecto, su ejecución y, lo más preocupante, su continuidad.

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Cortesía / VANGUARDIA
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  Jorge Ríos / VANGUARDIA
Jorge Ríos / VANGUARDIA

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El inicio del 2022 no mejoró el panorama del proyecto de construcción de la Variante de San Gil que adelanta Concay SA bajo la supervisión del Instituto Nacional de Vías, Invías, empresa del estado encargada de hacer la contratación y el financiamiento.

En diciembre de 2021 la Veeduría de la Cámara de Comercio de Bucaramanga hizo la última visita del año a las zonas de trabajo y los resultados confirmaron de lo que se viene hablando hace ya varios meses y es que tener la obra en el tiempo previsto (enero de 2023) sería un verdadero milagro.

Varios son los factores que ponen un manto de duda sobre los resultados del proyecto, su ejecución y, lo más preocupante, su continuidad.

Marcela Gualdrón Forero, profesional de la entidad cameral a cargo de la veeduría, explicó que el avance sigue muy por debajo de las metas propuestas, con pocos frentes de trabajo activos y un ritmo de avance muy lento en esos frentes.

Cumplidos 40 meses, que representan el 75% del tiempo previsto, los trabajos físicos no llegan ni al 10%.

En el caso de la Variante y a diferencia de lo que sucede con otras obras del país, en retraso en el avance también se evidencia en la falta de ejecución de recursos. Hasta el momento $8.772 millones y según el cronograma deberían estar invertidos $65.000 millones.

Un buen ejemplo de la falta de ejecución de las obras es la explanación hecha entre los que sería el Viaducto las Lajas y el puente Fonce en el sector de la vereda Ojo de Agua se mantiene en el mismo estado desde hace 8 meses. Así mismo, tanto en el puente como en el viaducto, los trabajos son a bajo ritmo.

Gualdrón explicó que la falta de ejecución a tiempo de la compra de predios y las diferencias de precios por labores específicas existente entre Concay SA e Invías son los principales causantes de los retrasos.

Para que las obras llegarán a feliz termino en enero de 2023 la inversión debería aumentar en un 44% mensualmente lo que representaría mayor contratación de personal, la activación de todos los frentes de trabajo y otras aspectos que resultan casi imposibles.

La facturación mensual programada para el proyecto es de $3.265 millones, la actual es de $219 millones y cumplir el cronograma requeriría ahora un ritmo mensual de $9.000 millones.

Sin embargo, los gastos que si avanzan son los de la interventoría, que hasta diciembre de 2021 había facturado $6.069 millones de los $9.099 millones disponibles.

La cifra genera malestar y dudas en la veeduría, porque se va a acabar el tiempo de una obra que no avanza con gran parte de los frentes de trabajo cerrados desde hace varios meses y sin embargo los gastos de la interventoría se mantienen.

A la preocupación de la posible liquidación del contrato por parte del Invías, Gualdrón confirmó que hay otra posibilidad y es que Concay SA genere un proceso contra el instituto por la falta de solución a los precios de las obras no incluidas en el contratos. En cualquiera de los dos casos la Variante de San Gil se convertiría en un gran elefante.

La petición desde la Gobernación de Santander y la alcaldía de San Gil es que si se mantienen los problemas el contrate se ceda, no que se liquide. Eso sí, en ambas entidades tienen claro que los $183.000 millones asignados a esta obra no alcanzan.

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Publicado por Jorge Rios

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