Según un informe de Bloomberg Intelligence, el metaverso podría valer 783.300 millones de dólares en 2024, con el mercado de juegos en línea y hardware de juegos representando más de $400 mil millones y el resto de las oportunidades en entretenimiento en vivo y redes sociales.
Por lo tanto, el metaverso se considera cada vez más como una opción para que varias industrias puedan comercializar productos y crear nuevas experiencias para sus usuarios, incluida la moda.
Aunque el concepto de metaverso puede asustar por su hiperdigitalización, también se ve como una oportunidad para la innovación y nuevas posibilidades en diferentes realidades digitales.
La moda en el metaverso permite a las personalidades expresarse como quieren ser, jugar con diferentes avatares y usar conceptos como “metaropa” y “meta-armario”.
“Uno de los referentes en el uso del metaverso en la industria de la moda es DressX, considerada como un minorista “meta-fashion” que crea accesorios de moda digitales certificados con tecnología blockchain. Su funcionamiento se basa en las múltiples colaboraciones, por ejemplo, se asoció con Bershka para sacar a flote una colección de moda digital. La asociación dio a conocer los looks de realidad aumentada de la marca con la introducción de ocho piezas de moda que permiten a la comunidad de la moda digital navegar y probarse la colección primero en la aplicación DressX”, afirma Francesca Tur.
Esta experiencia permite a los consumidores explorar rutinas de belleza y productos exclusivos en un universo 3D a través de un código QR. Sin embargo, también hay innovaciones que se aprovechan del nombre de marca, como los “Metabirkins” del artista digital Mason Rothschild, que imitan los icónicos bolsos Birkin de Hermès como NFTs, lo que ha generado un debate en la industria.
Aunque existen muchas posibilidades en el metaverso, aún hay desconocimiento en torno al concepto, lo que dificulta su implementación en planes de diseño, marketing y comunicación. La moda y el metaverso están evolucionando juntos, dando vida a patrones, diseños y vestimentas que habitan en realidades digitales, lo que implica nuevas habilidades profesionales, proveedores y costos.
La moda es clave para dar forma a nuestras nuevas identidades en el metaverso y para fomentar la socialización e interacción entre personas y comunidades. Por lo tanto, se están haciendo apuestas en el metaverso como una forma de entrenamiento y de prueba y error, y el aprendizaje continuo es esencial en este entorno en constante cambio.